Peleas que tienen que darse
¿Por qué la gente es esclava de la plata?
Parece ser que la plata moldea nuestras vidas. Familias se unen y se separan por plata, tu tiempo es plata, el esfuerzo es plata, todo es vendible, etiquetable, comercializable, todo es un numerito más o menos en tu billetera. ¿Qué lugar tienen, entonces, la ética, la pasión, la moral, las buenas costumbres? Ninguna. Todas son subyugadas por el peso inminente del billetito que las maneja.
No es de extrañar que vemos que la gente esté loca hoy en día, si su salud mental depende de lo que tenga en Mercado Pago. Falta salud mental, sobran psicólogos, algo no cuadra, ¿no? Y es que la gente no tiene plata para pagarse un psicólogo. Los ricos tienen terapia, los pobres tienen vicios. Todo se puede reducir a un conflicto de clases, en los que los más desfavorecidos tienden a seguir otras generaciones de desfavorecidos, en un sistema que los desprecia, pero aún así los necesita. Odian hablar de la gente pobre, pero no se dan cuenta que si nadie hiciera las changas que hacen los pobres, si sólo quedaran la gente que exige más que dos pesos con cincuenta, la economía y todos esos numeritos imaginarios se irían al carajo.
Parece que la realidad está escrita como un sketch de Capusotto, como si Dios fuera Micky Vainilla. Todos tienen cabida en este mundo si tienen la tarasca que hace falta para quedar bien. Si la gente pobre es alternativa es "mal gusto", pero si la hacen marcas multimillonarias es "arte de vanguardia". El capitalismo todo lo consume y lo envuelve en su burbuja financiera para que sigamos consumiendo la misma cagada Piporé con envoltorio "Cósmico".
Es por eso que ser distinto hoy en día no es lo mismo que ser distinto en los '70 o los '80, porque hoy no sólo te podes vender vos como marca, sino que otros pueden capturarte por el teléfono y ser trending en Instagram.
Debe haber una forma en la que podamos ser anti-todo, una forma en la que realmente le estemos dando el dedo medio al sistema. Es no jugar con sus formas, es rechazar mirar tik-toks o reels. Es rechazar subir una historia a Instagram cada vez que salis a merendar con uno de tus amigos, o bebotear para que te reaccionen con un botoncito el ganado de siempre. Quizás promocionen este trend y lo hagan pasar por una moda, "full détox", "total media absence" o cualquier otra pavada que se inventen, pero de esa forma no podrán lucrar con el estilo de vida de las personas. Nos va a obligar a volver a tener conexiones reales, fuera del teléfono, fuera de las redes. A volver a conectar con la gente del trabajo, de la escuela, del barrio. Volver al deporte, a la creatividad, a la poesía. Al no ser perfectos, al intentarlo aún sabiendo que (quizás) no somos los mejores.
Toda esta reflexión viene de una conversación reciente que tuvimos con una amiga en el balcón de la residencia a la 1 AM, cuando ella me contaba toda la bronca que sentía por ver cómo amigos de su familia (que tienen un hipódromo) trataban a su perro y a los caballos que *usaban* para las carreras. Me emocionó ver cómo considera iguales a todos los seres vivos, sin distinguir entre animales y humanos. Ambos nos quejábamos de cómo, por no ser redituable, preferían sacrificar a un caballo antes que tratar las heridas que tuviera y poder darle una vida acomodada.
Hablamos, también, de mi carrera. Estudio el primer año de economía, pero ella dice que no me ve como economista, que soy "muy artístico". Me hizo dudar de un montón de cosas, y me di cuenta que me gustaría dedicarle más tiempo a la escritura. Muchas veces dije que me gustaría estudiar periodismo, pero siempre fue una joda, hasta que no lo fue tanto...
No me gusta ver el perfil de mi carrera. En el aula, miro a mi alrededor y lo único que veo es a personas que están tan enfocadas en los números que se pierden que atrás de cada decisión económica hay gente de por medio, y que también tienen necesidades por atender, antes que los porcentajes den positivos por un trimestre. Y me dan ganas de dejar la carrera y hacer otras cosas, pero como una vez mi profesora de filosofía dijo: "Tenés que dar la pelea, no porque tengas que ganarla, sino porque tenés que pelear". Hay peleas que no se tienen que dar porque puedas ganarlas, sino porque alguien tiene que dar esas peleas.
Me gusta pensar que soy el que puede cambiar eso. Quizás no, quizás es un delirio, pero alguien tiene que dar la pelea, alguien debe preocuparse por la gente, y demostrar que no todos estamos ensimismados en la plata, y si no soy yo, espero inspirar a otros a que nos pongamos por delante del dinero.
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